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lunes, 24 de enero de 2022

2022-01-22/23 Fin de semana de tres equipos 2/3

Tal como están las cosas, pandemia, el poder salir a explorar ya es una suerte y un acontecimiento.
En esta ocasión nos hemos juntado siete. Uno de ellos “Gorca”, muy a pesar suyo no entro pero si nos facilito enormemente el acceso haciendo un par de viajes con su flamante todo terreno. Gorka, nuestras espaldas y piernas te deben una.
El resto de componentes, a saber, Arturo, África, Cristian, Carlingis, Antonio y el que escribe.
Iniciamos la andanza de noche como toda buena aventura que se precie. Por fortuna el tiempo es bueno, eso si, con un frío que ya quisiesen los pingüinos y osos polares.
Esta entrada al Sistema Alto del Tejuelo siempre me ha llamado la atención porque por el momento es la única que requiere de una escalada para llegar a su boca de entrada.
Iniciamos el descenso que paso a relatar, como de costumbre, todo seguido: Destrepe, rampa, gatera, pozo, pozaco, estrecho, pozos varios, pasamanos, escalones, estrecho otra vez y pozaco. A continuación un paseo agradable por galería y llegada al vivac.
Es de agradecer la buena organización que tienen estos chicos que nos permiten pasar una agradable velada en tan singular lugar no apto para sonámbulos.
Al día siguiente canta el gallo temprano y tras un buen desayuno nos ponemos en marcha.
Nuevamente disfrutamos de estos paisajes subterráneos sorteando distintos obstáculos que nos van dirigiendo a nuestro objetivo que no es otro que quitar incógnitas del dibujo de la cueva.
Una vez llegado a este punto nos dividimos en dos grupos. Antonio, Carlingis y Cristian por un lado y Arturo, África y yo por otro. 
Por nuestra parte iniciamos el despliegue de personal y comenzamos a mirar por todos lados. Después de mucho tiempo vuelvo a sentir esa sensación de explorar lugares que antes nadie ha pisado y que nos podrían llevar a nuevos descubrimientos. En una de las incógnitas progreso por un descenso entre bloques que poco a poco me van alejando del lugar donde empezamos. Con tiento y precaución paso por encima de un pozo inexplorado y llego a un punto donde la corriente de aire es apreciable. Siguiendo esta trepo por una rampa y llego a una encrucijada. Tanteo por un lado y otro y descubro un pozo que al asomarme noto la corriente de aire. Como me parece muy interesante regreso y comunico a Arturo y África mis descubrimientos. Inmediatamente se ponen manos a la obra e inician la ardua labor de topografía de los distintos lugares por los que he pasado.
Una vez en la encrucijada mientras topografían desciendo por la galería y llego a otro pozo que rodeo con sumo cuidado. Al otro lado encuentro el esqueleto de un murciélago bien conservado. En ese momento mientras Arturo viene con la cámara de fotos experimento una alucinación. Mi pituitaria me dice que estamos muy cerca del vivac. Me ha llegado una brisa de hedor proveniente de ese lugar. Se lo comunico a Arturo pero cuando el llega al punto que yo me encuentro el perfume se ha disperso, diluido, disuelto, licuado, vamos que ya no huele a nada. 
Tanto el pozo en el que nos encontramos como el que sopla parecen interesantes. En la parte alta de la sala otro pozo. En su cabecera fotografiamos las paredes que tienen unas acumulaciones curiosas de barro. Regresamos con África que se encuentra en el centro de la encrucijada tomando datos y regresamos al punto de partida donde decidimos continuar despejando incógnitas del dibujo de la topo.
Continuo por la galería principal y desciendo un resalte con cuerda instalada. En este punto la corriente de aire es de nuevo apreciable. A la izquierda desciendo una pequeña galería y mi intuición me dice que podría encontrarme muy cerca del último pozo que vimos en lo nuevo topografiado. Arturo, un chico muy dispuesto, regresa a ese punto y tira algunas piedras que efectivamente caen cerca de donde me encuentro. Prosigo por la galería principal otro resalte con cuerda y en esta ocasión me voy a la derecha y encuentro… otro pozo. Se lo comunico a mis compañeros. Una vez en este punto le pido a Arturo que porque no nos hacemos unos “pitis” y así de paso vemos a donde se dirige la corriente de aire. Con una agradable sorpresa vemos que el humo se precipita por el pozo. Inciso, sigo sin fumar. Muy interesante.
Regresamos al punto de partida y me dirijo a otra incógnita. En esta ocasión preciso de instalación para poder continuar. Por fin nos decidimos a utilizar la taladradora y todo el equipo de instalación. Sorpresa, ninguno de los tres llevamos llave y la maza tampoco tiene llave. Curioso porque yo siempre llevo llave y creo que esta es la primera vez que me la dejo y lo mismo ocurre con mis compis.
Bueno pues a intentar progresar con sumo cuidado y evitar pasos que necesiten de instalación. Esta nueva incógnita nos lleva al descubrimiento de un nuevo pozo. Se topografía todo lo explorado y se deja la incógnita colgada del pozo.
Regresamos al lugar donde hemos quedado con el otro grupo. Como todavía no están aprovechamos a echar otro vistazo por los alrededores sin encontrar nada significativo. Nos juntamos e intercambiamos información. Inciso, comentario de Cristian sobre Antonio y Carlingis “madre mía estos tíos” no son exactamente sus palabras pero si su significado y es que para mí son dos de los mejores espeleólogos que conozco en todos los sentidos.
Antonio y Carlingis salen al exterior y mientras nosotros nos quedamos realizando practicas de topo y fotografía.
Regreso al vivac con la sensación de una jornada fructífera en quitar incógnitas y poner otras, sobre todo pozos.
Al día siguiente canta un poco antes el gallo y nos ponemos en marcha bueno antes una recomendación: “Cuando al escusado en una cueva as de ir ponte el casco para prevenir.”
Salida al exterior sin contratiempos. Buscamos el sol para calentarnos y pateada hasta los coches.
Y esto es todo, deseando ver donde van esos pozos y comprobar si se pueden acortar tiempos para ir a las puntas de exploración.

Textos: Miguel Ángel
Fotos: Arturo