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lunes, 18 de octubre de 2021

2021-10-15/16 Otro intento de conexión 😔

Han pasado unos cuantos días desde que intentamos una nueva conexión en el Sistema Alto del Tejuelo. Voy a hacer memoria y recordar lo acontecido.
Nuestros compañeros Belgas una vez más haciendo alarde a su incansable ansia de exploración realizan una campaña en una de las torcas en las que tenemos puestas nuestras máximas esperanzas de unirla al SAT. Aprovechando esta circunstancia otro equipo entró por una de las cavidades que ya están integradas en el SAT y que se encuentra muy próxima a la misma.
Como en otras ocasiones establecemos una serie de horarios y tareas para intentar hacernos oír y oler, para a sí tener una idea aproximada de por donde intentar la unión.
Puestos ya en antecedentes voy a relatar mi experiencia.
Viernes 15 de octubre.
En un principio somos cuatro los que vamos a entrar pero a última hora Fernando nos indica que el no puede pero si que se ofrece a llevarme hasta Bustablado donde he quedado con mis otros compañeros.
Una vez allí aparecen Gorka y Antonio. Nos falta Nano que es nuestra esperanza para ir a punta pues el se conoce muy bien la cavidad y diréis, pero si Gorka también, pero nadie confía en su memoria relacionada con las cuevas. El caso es que al final Nano no puede venir por distintas circunstancias. Antonio y yo nos miramos y miramos a Gorka… bueno vamos a confiar que hoy logremos dormir en el vivac de la cueva.
Gorka para hacerse querer nos lleva con el coche hasta el collado. Son las 21:00 h. Hora prevista de llegada al vivac…. Quien sabe si llegaremos….
Conocía parte del camino, muy bonito, pero como de noche “todos los gatos son pardos” el resto me pareció igual excepto el acceso a la entrada que tiene tela o mejor dicho lapiaz.
No lo he dicho pero nuestro guía junto con Antonio que ya había estado en esta torca no titubearon ni un momento en encontrar el camino. Bueno en el acceso por las paredes del lapiaz, pero poco.
Antes de entrar: A Gorka se le olvidó el mono exterior, sin problemas, es un chicarrón del norte.
Mis sensaciones en el descenso:
Pozo grande que te cagas.
Paso estrecho pero no muy estrecho.
Los escalones.
Joder con los escalones.
Meandro estrecho para mi y la saca.
Pozo que te cagas por las patas abajo.
Llegada a la base.
Una vez aquí le toca el turno a Gorka que nos consigue llevar al vivac sanos y salvos contra todo pronostico. Al final va a resultar que no es tan malo como decían.
El vivac. Todo muy ordenado y limpio con una terraza con vistas. Para mí lo más llamativo es una saca amarilla que tienes que llenar de tierra y transportar al servicio para hacer las funciones de tiro de cadena.
Sábado 16 de octubre.
Es la una y nos disponemos a dormir que el gallo tiene que cantar a las 7:30.
Las 7:30 ninguno de los tres hacemos pereza para levantarnos.
Gorka, muy previsor, ha bajado el móvil bueno con la topo detallada y junto con los papeles del vivac más los que llevamos nosotros estamos dispuestos a llegar a la hora fijada con los Belgas para hacer ruido.
Comenzamos las andanzas de tres espeleólogos con la incertidumbre de si llegaremos a buen puerto, esto último está relacionado con mi trabajo.
Nada más comenzar nos perdemos un poco. Nuestros pensamientos: si esto es el principio como será el final.
Abreviando: Gracias a las topos, los reflectantes y las indicaciones previas de nuestros compañeros que conocían la cueva conseguimos llegar con adelanto a la zona prevista donde comenzamos a trastear para ver si escuchábamos algo. Después de muchos golpes, inciensos y fuegos no conseguimos la tan ansiada conexión. Bueno, otra vez será, pero he disfrutado mucho de esta gran cavidad que tiene mucho por descubrir.
De regreso encontramos indicios de que alguien más esta por la zona. Arturo, Africa y no se si alguien más están de exploración.
Estamos en la base de los pozos y me encuentro bastante cansado y deshidratado.
Mis compañeros me echan una mano con el peso de la saca.
Unas horas más tarde estamos fuera con la satisfacción de cumplir con lo establecido aunque el resultado no sea el deseado. Tengo algunos calambres en los brazos, si es que la edad y la inactividad cuevera no perdonan.
Es de noche por lo que no puedo disfrutar de nuevo con el paisaje pero si con las vistas nocturnas de Santander y su bahía .
Por cierto, un 10 para Gorka como guía y el resto del grupo por lo bien que tienen todo montado. 
Y sin más aquí se despide un sufrido espeleólogo.

Miguel Ángel.