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sábado, 7 de octubre de 2023

23-10-07 Reencuentro con la espeleología

Comienza otro día en la Canal del Haya, nos levantamos con un día espectacular y nos dirigimos hacia nuestra querida Torca sin Humo. La idea de hoy es desviarnos tras los pozos de entrada y dirigirnos hacia la conexión con Maxou Picchu revisando en el camino posibles incógnitas que pudiesen haberse pasado por alto en anteriores exploraciones y si es posible, debido al material con el que contamos, instalar todo el camino hasta la galería de Lasso.
Pascu y Cámara nos encaminamos cargados como mulos hacia nuestro destino, el reencuentro con la espeleología, o eso creíamos.
Nada mas descender los pozos de entrada por la Torca sin Humo y coger el desvío en dirección a Maxou Picchu nos damos cuenta que esta va a ser una actividad muy lejos de la calma y la tranquilidad, ¿cómo no hemos podido pensar antes que al fin y al cabo es la Torca sin Humo pero en otra dirección?
Al igual que en su dirección hacia escalones, esta zona de la cueva está formada principalmente por meandros estrechos, con bastante humedad y barro, y con pasos que obligan a quitarse el arnés hasta a los más delgados.
Tras una serie de pozos y destrepes localizamos una pequeña galería que va prácticamente paralela a otra ya explorada, pero que no está marcada, la dejamos marcada con el reflectante de incógnita y continuamos nuestra progresión hacia Maxou Picchu. 
Un par de pozos y algún destrepe después llegamos a la zona más estrecha de la cueva, primeramente te recibe, como si fuese una broma, un meandro estrechísimo en descenso que da la risa solo de pensar en la vuelta, y poco después una gatera en la que llevar la saca por delante no es una opción y llevarla por detrás se convirtió en un autentico infierno debido a los continuos enganchones. 
Aquí no se acababa la broma, la salida de la gatera daba directa a un pozo de 25 metros, bastante expuesto y con poco sitio para colocarse. Sin dar ni un respiro, esta peculiar salida da acceso directo a una trepada de un par de metros que para la cabeza son bastantes más.
Es aquí donde la cueva cambia por completo y se empiezan a observar galerías más amplias, algunas formaciones y nuestro querido moonmilk, ya estamos cerca de Maxou Picchu.
Un par de pozos después estamos ya ante el pozo previo a la galería de Lasso, pero la cuerda se ha terminado y ya no hay mucho más que hacer.
Nos damos la vuelta y afrontamos de nuevo los desafíos de esta peculiar zona de la cueva, con algunas zonas más sencillas de lo imaginado y otras que nos hicieron sufrir de lo lindo y soltar algún que otro juramento. Cuando alcanzamos el cruce que da acceso a los pozos de entrada, ya nos sentimos como en casa, Pascu cierra “El Trastero de sin Humo” y salimos hasta la calle.
Camino al coche hacemos varias bromas con nuestro tan ansiado reencuentro con la espeleología y por fin en destino, nada mejor que una cerveza bien fría y un buen cocido para poner el broche a un día en el que el reencuentro con la espeleología tendrá que seguir esperando, pero en el que salimos muy contentos por el trabajo realizado y con una nueva incógnita que el tiempo desvelará. 

Texto: Álvaro Camara
Fotos:  Camara y Pascu