23 noviembre
En esta ocasión, debido a los horarios de alguno de los integrantes, la entrada se retrasó al Sábado por la mañana. Cristian, Lorena y Cámara quedamos en el repetidor de Calseca a las 9 de la mañana, preparamos los petates y comenzamos la aproximación, las rachas de aire de hasta 90 km/h hacen que el camino entre los arboles sea algo más tenso de lo habitual. Sorprendentemente, el agua o el aire en esta zona han recolocado ciertos troncos, dejando el camino bastante más cómodo que en la anterior entrada.
A las 11:00 ya estamos con el traje de romanos y listos para iniciar el descenso. Descendemos tranquilamente por la sucesión de pozos y continuamos en dirección al vivac, donde dejaremos todo el material y comida no necesarios para el día de hoy y proseguimos hacia la zona de exploración en cuestión. Los trabajos de hoy se centrarán en proseguir con la exploración del meandro del tránsito, rebautizado como P*** tránsito en el meandro, y realizar la poligonal de este y su posible continuación. En la última entrada, la exploración finalizó, debido a la hora, en un ensanchamiento del meandro desfondado, el cual se dejó por instalar.
Tras descender una serie de pozos, que dan acceso al meandro, y sufrir sus continuos e incómodos giros, llegamos al ensanche antes mencionado. Se instala el pozo de aproximadamente 15 metros y se alcanza una zona arenosa, que prosigue hacia un nuevo meandro. El color completamente gris de la roca, a diferencia de los marrones del meandro superior, indican que el agua corre con alegría en esta zona. Este meandro también es bastante estrecho, pero accesible. En su final, se abría completamente en un pozo regado y finalizaba en un charco de profundidad por descubrir.
Este meandro era evitable por su parte superior, pero era necesario comprobar si disponíamos de la cuerda suficiente como para instalarlo desde su parte superior. Una vez hechas las correspondientes comprobaciones proseguimos con la instalación superior. Un “quitamiedos” de aproximación, cabecera doble y para abajo. A los 15 metros aproximadamente, la cuerda comienza ya a chiclear, pero el fuerte goteo y la ausencia de roces hacen que la decisión sea la de tirar hasta abajo lo más rápido posible.
Una vez en la base y evitado el charco lo mas elegantemente posible, se vislumbra una etiqueta rosa que indica la conexión de galerías ya conocidas. En este caso con el Meandro de los Guijarros.
Comenzamos el ascenso y consiguiente desinstalación de esta zona de la cueva y nos dirigimos ya por fin al tan ansiado vivac, el cual alcanzamos a más de las 11 de la noche. Una buena cena para recuperar energía y al saco a descansar que todavía quedaba la salida, y aunque aun no se sabía, iba a ser curiosa.
24 Noviembre
“Amanece” otro día bajo tierra y desde el primer momento se hace patente que Cámara no se acaba de encontrar bien. El desayuno cae como una losa en su estómago y la cabeza también da guerra. Aun así se hacen todas las labores habituales de recogida e inventariado del vivac y se comienza con la salida.
Resoplido tras resoplido alcanzamos la base de los pozos. Cámara se queda el último para subir tranquilamente a su ritmo, mientras sus compañeros lo vigilan desde las alturas. Poco a poco y con algún descanso más de lo habitual, todo el equipo llegamos a la superficie, donde nos espera un día con un sol radiante, pero con aún más viento que en la entrada. Recorrido el camino de vuelta y ya en los coches, es hora de comer y dar por finalizado otro fin de semana en familia, unicamente mejorable si los datos recogidos hubiesen sido útiles. En la última entrada las direcciones obtenidas por el Distox ya nos habían dado problemas, pero tras una recalibración y comprobación del correcto funcionamiento de este, pensábamos que en esta ocasión todo saldría bien. Lamentablemente no fue así, por lo que toca replantearse el desarrollo de las exploraciones hasta que el Distox esté operativo.
Participantes: Cristian, Cámara y Lorena
Relato: Cámara
Fotos:Camara